Más de 100 personas, representantes de 32 naciones y pueblos indígena originario campesinos y afrobolivianos y provenientes de regiones remotas, se reunieron para compartir, aprender y dialogar sobre sus sistemas alimentarios, resaltando su identidad a través de su patrimonio alimentario y gastronomía local.
Cada conversación previa con los participantes generó expectativa y entusiasmo, preparando el camino para un evento en el cual el Programa Mundial de Alimentos (PMA) hizo posible el relevamiento del patrimonio alimentario de las poblaciones indígenas, recuperando los saberes ancestrales y la amplia gama de ingredientes y alimentos locales.
En un espacio de alto nivel, se compartieron conocimientos tradicionales sobre gastronomía, que, junto a risas, aromas, colores y sabores, dieron lugar a un ambiente vibrante y enriquecedor en el que se prepararon cerca de 40 recetas, que son el principal contenido del Libro de Gastronomía Indígena de Bolivia, a ser presentado en 2025 en el marco del Bicentenario del país.
Durante los tres días del evento, se generaron espacios de intercambio sobre agricultura familiar, sistemas alimentarios, gestión de riesgos, cambio climático y manejo de redes sociales.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) enriqueció el encuentro brindando capacitaciones para el fortalecimiento de sus habilidades empresariales desde el enfoque de cadenas de valor y cómo incrementar su productividad para el acceso a nuevos mercados potenciales.
Además, OIT sostuvo un diálogo junto a líderes, lideresas y representantes indígenas sobre el ejercicio de sus derechos y la aplicación efectiva del Convenio 169 de OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
El éxito de la Cumbre fue posible gracias a la coordinación con el gobierno de Bolivia, en línea con los objetivos nacionales de seguridad alimentaria y cambio climático.
El encuentro fue una celebración de la diversidad y la herencia cultural, fundamentales para fortalecer la resiliencia de las comunidades.