Bolivia se apresta a vivir un nuevo año de profunda significación histórica y complejidad sociopolítica. El Bicentenario de su independencia coincide con un ciclo electoral nacional, el lanzamiento de un nuevo Plan Nacional de Desarrollo y la atención a los desafíos económicos que desafían importantes logros sociales. En este contexto, ONU Bolivia enfrenta retos multidimensionales que requerirán un abordaje estratégico e integral.

El 2025 constituye un hito fundamental para la democracia boliviana. Las elecciones nacionales demandarán un acompañamiento técnico al Tribunal Supremo Electoral para garantizar procesos transparentes, inclusivos y pacíficos. La polarización política persistente y la fragmentación social exigirán esfuerzos redoblados para promover espacios de diálogo constructivo entre actores políticos, sociedad civil y comunidades indígenas. Asimismo, el apoyo a las mejoras del sistema judicial será crucial para restablecer la confianza ciudadana en las instituciones y fortalecer el Estado de derecho.

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La emergente crisis económica caracterizada por el bajo crecimiento, desequilibrios fiscales, escasez de divisas y bajas reservas internacionales constituye quizás el mayor desafío inmediato. ONU Bolivia deberá proporcionar asistencia técnica para diseñar e implementar políticas que estabilicen la economía sin sacrificar los importantes logros sociales alcanzados en la última década. Esto incluirá apoyo en la diversificación productiva, el desarrollo de la economía naranja (turismo, gastronomía, industrias creativas), la innovación para acceder a financiamiento sostenible y el fortalecimiento de cadenas de valor inclusivas que generen empleos de calidad, especialmente para jóvenes y mujeres.

La formulación del nuevo Plan Nacional de Desarrollo ofrecerá una oportunidad estratégica para integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible con las prioridades nacionales. ONU Bolivia puede contribuir con experticia técnica y buenas prácticas internacionales para que este instrumento de planificación incorpore efectivamente enfoques de derechos humanos, interculturalidad, género y sostenibilidad ambiental. El Marco de Complementariedad para el Vivir Bien 2023-2027 será la plataforma desde la cual se articulará esta cooperación.

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Bolivia enfrenta desafíos ambientales críticos que incluyen tasas alarmantes de deforestación, conflictos por uso de recursos naturales y vulnerabilidad ante eventos climáticos extremos. ONU Bolivia tiene la oportunidad de intensificar el apoyo técnico para la implementación de soluciones basadas en la naturaleza, en sistemas agroecológicos resilientes y la transición hacia energías renovables. La protección de los derechos territoriales de pueblos indígenas y la valoración de sus conocimientos tradicionales serán fundamentales para la conservación de ecosistemas. Simultáneamente, será necesario fortalecer capacidades nacionales y subnacionales para la prevención, respuesta y recuperación ante desastres.

La recuperación pospandémica sigue siendo un desafío, particularmente en el acceso a servicios de salud y educación de calidad. Se deberá continuar apoyando la transformación digital de estos servicios, la aplicación de enfoques interculturales y la ampliación de cobertura en áreas rurales. La violencia de género, exacerbada durante la pandemia, requerirá fortalecer la cadena completa de prevención, atención y sanción. Asimismo, las crecientes dinámicas de movilidad humana demandarán respuestas coordinadas que garanticen protección a personas migrantes, desplazadas, refugiadas y solicitantes de asilo.

En suma, el 2025 representará para las Naciones Unidas en Bolivia un momento decisivo que pondrá a prueba su capacidad de articulación, innovación y respuesta integrada. La conmemoración del Bicentenario puede convertirse en una oportunidad para reafirmar, desde la cooperación internacional, el compromiso con una Bolivia más inclusiva, sostenible y resiliente.