Bolivia es un país privilegiado por contar con una vasta riqueza de recursos naturales estratégicos como el gas natural, los minerales y la biodiversidad, los cuales representan un potencial enorme para impulsar su desarrollo económico y social de manera sostenible si son aprovechados de manera responsable. 

Durante el 2023, ONU Bolivia apoyó al Estado en la gestión sostenible de los recursos naturales estratégicos en los biomas de la Amazonia, el Chaco Americano y la Chiquitanía con la finalidad de articular acciones y actores relacionados a cadenas productivas, el manejo integral de bosques, la implementación de sistemas agroforestales para la recuperación de cobertura de bosques, así como de servidumbres ecológicas.

Este proyecto cuenta con el apoyo del Fondo Verde del Clima y se focaliza en el apoyo a la gestión de los recursos naturales en la Macroregión de los Valles. Además, busca fomentar la resiliencia y aumentar la seguridad alimentaria y nutricional de las y los habitantes de esta región. La población que se beneficiará de manera directa con estos recursos, a lo largo de cinco años, asciende a 82 mil beneficiarios y de manera indirecta a 1,2 millones de personas, en donde al menos el 52% de la población son mujeres. 

En coordinación con el Gobierno Nacional, el Ministerio de Planificación del Desarrollo y con socios internacionales como el Banco Mundial y Helvetas, ONU Bolivia apoyó acciones de prevención y control de riesgos agropecuarios y forestales. 

Se acompañó la elaboración de la Política y Estrategia Nacional de Gestión de Riesgos, conforme a la Ley 602, y capacitó a 47 funcionarios (32% mujeres) de las instituciones mencionadas y al Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), un socio clave para 2024. 

Además, el Equipo Técnico de Emergencias de las Naciones Unidas (ÚNETE) colaboró activamente con el Equipo Humanitario en el País (EHP) para monitorear los impactos climáticos y promover esfuerzos coordinados entre socios en el país. 

Este año, ONU Bolivia elaboró un reporte del Análisis de los Delitos Contra la Vida Silvestre y los Bosques en Bolivia. En este reporte, se recoge información sobre los marcos legales, las medidas de aplicación de la ley, los mecanismos procesales y judiciales, la cooperación internacional y las fuerzas impulsoras y de prevención de este tipo de delitos. A partir de ello, se propusieron recomendaciones para coadyuvar a una mejora de la respuesta del Estado, en todos sus niveles, ante este tipo de delitos. 

Este año también se apoyó la puesta en marcha de la Plataforma del Sistema de Planificación del Estado (InfoSPIE) que se utiliza a nivel nacional, departamental y local como parte del Sistema de Planificación Estatal operado por el Ministerio de Planificación del Desarrollo (MPD) y la plataforma de inteligencia empresarial operada por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT). Además, se apoyó la internalización de criterios e indicadores de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) en lo que refiere a las metas de los sectores de bosques, agropecuario, energía y agua del país. ONU Bolivia y en acompañamiento al Estado, se realizó un análisis espacial y geoestático para la toma de decisiones, mediante el mejoramiento de la infraestructura de datos y las capacidades institucionales del Gobierno, incluido el MDRyT, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural (MDPyEP) y el MPD. Estas actividades incluyeron la migración del Análisis Integrado del Contexto de la Seguridad Alimentaria a nivel Comunitario (ICCOM). El año 2023, el ICCOM se integró al InfoSPIE para proporcionar información sobre más de 25.000 comunidades lo que permite llegar indirectamente a 4 millones de personas a través de políticas y programas nacionales. 

El Proyecto Amazonía de ONU Bolivia, implementado en las Reservas de Biosfera del Beni y Pilón Lajas, contribuyó en la coproducción de diagnósticos abordando problemas, desafíos y planificando acciones prioritarias. Este año, se ha fortalecido la participación de poseedores de conocimientos indígenas y locales mediante un Comité Científico con tareas concretas. El proyecto capacitó a 585 personas, incluidos guardabosques y voluntarios de control de incendios en la Reserva de Biosfera del Beni. Además, se apoyó a comunidades indígenas en la producción de miel y cacao, así como en la restauración ecológica con especies nativas, mejorando los medios de vida de sus familias. El Comité Científico elaboró una guía para interesados en el control de incendios usando el Sistema de Información sobre Incendios para la Gestión de Recursos (FIRMS, por sus siglas en inglés) de la NASA. 

Este año, ONU Bolivia lanzó la iniciativa “Saberes Ancestrales, Sabores Naturales” para promover el patrimonio alimentario y la gastronomía boliviana, que tiene como objetivos la mejora de los vínculos urbano-rurales y apoyar a la cultura y la economía de los pueblos indígenas. La iniciativa se centró en la trazabilidad de productos alimenticios locales, la educación alimentaria, la conservación ambiental y la resiliencia al cambio climático. ONU Bolivia facilitó el intercambio de conocimientos entre especialistas, chefs urbanos y rurales ayudando a comunidades indígenas a recuperar y documentar ingredientes nativos. Además, se definieron nueve ejes estratégicos y se firmaron convenios con el Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Bolivia y la Fundación Universitaria Simón I. Patiño para la difusión y gestión del conocimiento. 

ONU Bolivia ha apoyado tres iniciativas sostenibles de apoyo a la meliponicultura (crianza de abejas sin aguijón), el cacao y la agrosilvicultura comunitarias y fortalecimiento de los comités de gestión y revisión de estatutos. Se organizaron ocho actividades de formación sobre prevención, control y coordinación de incendios para dar formación a 585 personas entre guardabosques y voluntarios de control de incendios, bomberos, miembros de comunidades indígenas y locales, tropas nacionales e infantes de marina. Este año, se realizó la adquisición de equipos de protección individual para el control de incendios y de varias herramientas de lucha contra incendios (incluidos Sistemas de Posicionamiento Globales (GPS), matachispas y rastrillos). Además, se apoyó la creación de brigadas y patrullas comunitarias para luchar contra los incendios forestales.

Por otro lado, se apoyó a las Reservas de Biosfera Bolivianas de Pilón Lajas y del Beni, fortaleciendo su gobernanza y sus comités de gestión, además de valorar y potenciar las cadenas de valor del cacao, la miel y los aceites esenciales. Asimismo, el proyecto se dedica a la capacitación de guardaparques, comunitarios y voluntarios en la prevención y combate de incendios, así como en la restauración ecológica de áreas comunales quemadas o degradadas.

Hasta el 2023, el proyecto ha facilitado 8 actividades de formación en prevención, control y coordinación de incendios, beneficiando a más de 500 personas, incluyendo guardabosques, voluntarios de control de incendios, bomberos, y miembros de comunidades indígenas y locales, así como tropas nacionales. También se ha adquirido 20 equipos de protección individual para el control de incendios y diversas herramientas de lucha contra incendios, como GPS, matachispas y rastrillos. Además, se ha proporcionado capacitación en meliponicultura comunitaria, cultivo de cacao y agroforestería, apoyando así la restauración de áreas quemadas y degradadas.

En el transcurso del año, ONU Bolivia realizó un diagnóstico sobre la participación de las mujeres en la toma de decisiones para la acción climática, que reveló una brecha de género del 64% en posiciones de liderazgo. Coadyuvando a los esfuerzos de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra (APMT), se llevó a cabo un taller en Cochabamba para fortalecer las capacidades de lideresas climáticas, lo que facilitó el diálogo entre 70 mujeres de la Plataforma de Mujeres frente al Cambio Climático. Además, se apoyó la participación de estas mujeres y de la APMT en la Conferencia de las Partes 28 (COP28, por sus siglas en inglés) con el respaldo del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC). También se realizó un diálogo multiactor con 78 organizaciones para reflexionar sobre los impactos del cambio climático en mujeres y hombres y las oportunidades para asegurar la justicia climática en una transición justa. 

Durante el 2023, se realizó un estudio regional sobre los “Mecanismos y fuentes de datos sobre movilidad humana en contexto de cambio climático, desastres y degradación ambiental en América del Sur”. En el estudio, se analizaron las fuentes y bases de datos sobre movilidad humana en Bolivia, en el contexto de cambio climático, con el objetivo de generar evidencia para apoyar la formulación de políticas públicas. 

Se resaltó la importancia de la captura, la sistematización y el análisis de los registros sobre migración y eventos de origen natural a partir de los cuales se ha promovido la capacitación de funcionarios y funcionarias, generando más evidencia sobre los vínculos de la movilidad humana y la crisis climática.