El fortalecimiento de la infraestructura tiene un enfoque resiliente, que incluye medidas de eficiencia energética como la instalación de paneles solares y sistemas de cosecha de agua para mejorar su disponibilidad durante la estación seca. Este sistema también permite el riego de huertas y viveros, que son parte fundamental de la estrategia metodológica para que las y los docentes implementen la currícula educativa de la nación Monkox. Además, el uso de tecnología e innovación, a través de un laboratorio de robótica, facilita la concreción curricular.
El modelo de escuelas resilientes, que se implementó con apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), también integra un componente de acción climática y gestión de riesgos, planificando medidas de contingencia para reducir los riesgos de desastres, especialmente los incendios forestales.
Asimismo, ofrece alternativas para que los gobiernos estudiantiles realicen actividades de adaptación y mitigación. Esta experiencia educativa ha propiciado la participación activa de los gobiernos autónomos municipales, promoviendo la construcción de resiliencia mediante políticas municipales que priorizan a la niñez en un entorno vulnerable a la sequía, incendios forestales y el cambio climático.