Durante años, muchas familias en ese municipio yungueño dependieron del cultivo de coca como su principal fuente de ingresos. Sin embargo, los riesgos asociados con la volatilidad del precio del mercado impulsaron la necesidad de encontrar alternativas económicas sostenibles.
Con el respaldo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en Bolivia y el financiamiento de la Embajada de Francia, estos agricultores emprendieron un camino hacia la sostenibilidad a través del cultivo de café de alta calidad.
En 2019, UNODC inició una alianza con la empresa francesa Malongo, comprometida con la producción de café sostenible. Esta colaboración abrió nuevas oportunidades para los productores locales, conectándolos con compradores en Francia y Europa, donde el café boliviano es valorado por su sabor único y calidad excepcional.
Las familias cafetaleras de La Asunta ven un futuro más prometedor, cuentan con acceso a tecnología mejorada y conexiones con mercados internacionales. Son la evidencia de que el desarrollo integral rural es una vía real y efectiva para reducir la dependencia de cultivos excedentarios y fortalecer la economía local. Hoy, continúan su camino con el financiamiento de la Unión Europea.
Esta historia destaca la determinación de comunidades que, con las herramientas adecuadas y el apoyo de la cooperación internacional, pueden transformar sus realidades y construir un futuro más sostenible.