Las intervenciones en los primeros años de vida son esenciales para todos los niños y niñas, pero resultan especialmente cruciales para quienes enfrentan rezagos en su desarrollo o alguna discapacidad, ya que pueden transformar su futuro. La pequeña Milagros es una niña que nació prematuramente a los siete meses en el Hospital Boliviano Japonés de la ciudad de Santa Cruz. Durante varias semanas, permaneció en la sala de terapia intensiva con visitas constantes de su mamá, quien recibió orientación y apoyo del personal de salud para que su hija pudiese recuperar su peso y continuar su desarrollo.
En Bolivia, aproximadamente el 17% de los nacimientos son prematuros, una condición que puede aumentar el riesgo de rezagos en el desarrollo infantil y, si no se atiende oportunamente, derivar en alguna discapacidad. Para enfrentar este desafío, el Hospital Boliviano Japonés forma parte de los 249 establecimientos de salud que implementan la Norma de Vigilancia del Desarrollo Infantil Temprano y reportan al Sistema Único de Información en Salud (SUIS). UNICEF, en coordinación con el Ministerio de Salud y Deportes, impulsa la implementación de esta normativa a nivel nacional, lo que ha permitido que 600 trabajadores de salud cuenten con las competencias para identificar factores de riesgo y rezagos del desarrollo infantil, brindar orientación a las familias y, en caso necesario, referir a atención especializada.
La doctora Tita Fernández, jefa de terapia intensiva pediátrica del Hospital Boliviano Japonés, resalta la importancia de estas iniciativas: “Significa mucho para nosotros como profesionales acercarnos cada vez más a un cuidado humanizado para los niños y sus familias, y realizar intervenciones oportunas en una etapa tan fundamental como los primeros años de vida”.
La Unidad de Gestión de la Política de Discapacidad del Ministerio de Salud, junto a UNICEF, desarrolla capacidades del personal de los centros de rehabilitación y ha equipado 25 centros para un abordaje oportuno de la discapacidad.