© Mariela Temo
Son casi las ocho de la mañana en Trinidad y me despido de mi hija que va rumbo al colegio. ‘Vim’okkarine’, le digo en mojeño, que en castellano significa ‘nos vemos’, y ella me responde: ‘Pyampotsero’, ‘que te vaya bien’. Este año sale bachiller, es mi orgullo, mi compañera de vida…
Mariela Temo

Este es el testimonio de Mariela Temo, una mujer mojeña trinitaria de 40 años que es coordinadora del Instituto de Lenguas y Culturas Mojeño Trinitario en la comunidad de San Francisco de Mojos.

Ella se describe como una mujer orgullosa de su cultura y su lengua originaria, el mojeño, y tiene la misión de enseñar a las nuevas generaciones a no olvidar su idioma y sus tradiciones. Recuerda a su padre, quien hablaba muy bien el mojeño, pero tuvo que aprender castellano para comunicarse con los demás debido a la expansión de la fiebre amarilla que le obligó a salir de su comunidad.

Él le explicó que los jóvenes no hablaban la lengua originaria porque sus padres no les enseñaron, dejaron sus comunidades y les daba vergüenza hablarla en público. Mariela viaja con su madre a las comunidades para hablar en mojeño y compartir saberes y conocimientos con las nuevas generaciones. Está convencida que cuando una lengua indígena muere, también mueren los saberes, conocimientos, cultura y esencia de esa comunidad, por lo que es importante preservarla.

Cada día se propone con sus compañeras de trabajo, enseñar a sus hijas e hijos que no se olviden algunas palabras, por ejemplo, las distintas formas de saludo en mojeño: “Pejamikpo” (“buenos días”), “Kopere’oopo”, cuando es mediodía, y “Yotyoopo”, cuando llega el ocaso y hay que despedirse

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