Bolivia ocupa un lugar clave en las rutas de miles de migrantes y refugiados que transitan por Sudamérica, principalmente provenientes de Venezuela y en menor medida de Haití, Cuba, Colombia y otras nacionalidades. A fines de 2022, unos 15.000 venezolanos residían en Bolivia, mientras que más de 64.000 estuvieron en tránsito (R4V Bolivia).

En coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Dirección General de Migración (DIGEMIG), entre otras instancias públicas, el SNU ha apoyado las Redes Solidarias como iniciativa para fortalecer las capacidades de gestión de fronteras, los procesos de regularización y documentación, la disponibilidad de información sobre dinámicas de movimientos, la cobertura de necesidades básicas y la promoción del acceso a derechos básicos de personas en movilidad. La respuesta se centró en ciudades de residencia de las personas migrantes y refugiadas como La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba, y en las localidades de frontera y tránsito como Pisiga (Oruro), Guayaramerín (Beni) y Desaguadero (La Paz).

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Asimismo, destacan las iniciativas que buscan apoyar a niñas, niños y adolescentes migrantes y refugiados, a través de ACNUR, promoviendo la escolarización y ofreciendo espacios de cuidados integrales de la infancia. Además, la OIM y UNICEF han desarrollado una estrategia antixenofobia para promover la integración de los migrantes y refugiados en las escuelas y colegios.

Para facilitar la integración socioeconómica de las personas refugiadas y migrantes, la OIM y la DIGEMIG han difundido información sobre la normativa de regularización migratoria y brindaron orientación legal y apoyo económico para la regularización y documentación.

Se promovió el empleo, la capacitación orientada a la generación de ingresos, los emprendimientos comerciales y productivos, el acceso a la salud y las campañas contra el estigma y la xenofobia, con el apoyo de ACNUR y OIM.